Crónica Capitular. Jornada IV.

Ha salido el sol y vuelve a brillar con la intensidad característica del estío. Esto puede ser un excelente augurio para una jornada que se prevé larga y quizá más soporífera que las “movidas” jornadas anteriores. La asamblea se inicia a la hora habitual, en esta ocasión, el protagonista invitado en la mesa capitular es el secretario para realizar una lectura rápida y precisa de las actas del día anterior. Sólo una tímida mano se alza para realizar una pequeña corrección formal en la redacción. El secretario puede cerrar sin sobresaltos, el laborioso trabajo de las actas.
Inmediatamente después, continuamos con el número 22 de nuestro DP, la tercera parte que esta dedicada a nuestra misión apostólica. Este apartado se encuentra subdividido en cinco subapartados como son: la pastoral juvenil vocacional, pastoral educativa, pastoral de seminarios menores, pastoral parroquial, pastoral de los medios de comunicación social y otros medios de evangelización. El mecanismo fue rutinario, los capitulares alzaban la mano para solicitar la palabra y asistencia del comité de redacción, si era el caso, o bien, efectuar una propuesta de modificación o inclusión de una novedad. En algunos instantes se produjeron pequeños parones para discutir amigablemente sobre terminología a emplear en algunos titulares de los números, que se resolvieron felizmente. Durante toda la mañana se empleó un buen ritmo de trabajo, pero si algo cabe destacar y es constante durante el transcurso de esta semana es el buen ambiente reinante dentro la asamblea capitular, donde se permiten algunos momentos de distensión, de este modo se comparten alegrías y pequeñas bromas sin perder la seriedad e importancia del evento.

Tras el descanso de media mañana se continúo con la cuarta parte del directorio dedicada a nuestra formación. Algunos de estos números recogen las orientaciones generales, al seminario menor y medio, al postulantado, noviciado, escolasticado y formación permanente. En definitiva, a ese largo periodo formativo al que todo aspirante a SCJ tiene que realizar para alcanzar su meta.

La sesión vespertina comenzó con la extraña desaparición del secretario al inicio de la sesión, que nos dejó huérfanos y un tanto desprotegidos ante la avalancha de números que aún quedaban por analizar. Pero rápidamente fue subsanada la eventualidad y pronto se volvió a la normalidad. La quinta parte del DP de vida tratando el gobierno local y provincial ocupó toda la tarde. Los cerebros de los capitulares se encontraban en ebullición y en algún momento el humo parecía emerger de las orejas de alguno de ellos que incluso solicitaban alguna tregua para poder meditar con detenimiento alguna propuesta controvertida o arriesgada. La tarde fue cayendo pero no la intensidad del trabajo. Finalmente se decidió claudicar por agotamiento en el número 116 de nuestro directorio, eso si, la campana de las 21:00 horas ya había sonado señalando el final de
la batalla y la merecida tregua de la cena, nuestro particular descanso del guerrero.