De Revolutionibus Orbium Celestium

De Revolutionibus Orbium Celestium

La historia de nuestra querida Europa, historia que durante mucho tiempo ha sido la historia del mundo, ha estado jalonada de obras que han estado en el quicio de las grandes revoluciones, de las grandes evoluciones del hombre. Y en eso estamos. Kepler fue uno de esos hombres que vivieron en un momento apasionante y escribieron grandes cosas, él en concreto escribió su De Revolutionibus.

Por otra parte, nosotros hombres que viven otra apasionantísima época, debemos y tenemos que escribir nuestra propia gran obra, ¿en ello andamos? Nos dicen nuestras Constituciones:
Nuestra vida religiosa participa en la evolución, en las pruebas y en la búsqueda del mundo y de la Iglesia. Nuestra vida religiosa se ve constantemente interpelada. Estamos obligados a repensar y reformular su misión y sus formas de presencia y de testimonio (CST 144, 2-3).
Esas son las palabras de nuestras Constituciones, ese es su espíritu. Y nosotros las hemos profesado. Y nosotros las vivimos. Y porque las hemos profesado y porque las vivimos andamos empeñados en esta ardua tarea en esta segunda parte del Capítulo Provincial corriente. Podríamos haber tomado una opción fácil, cómoda y quién sabe si acertada o equivocada: dejar las cosas como están. Pero es que resulta que somos hombres despiertos que se preocupan por su realidad, es decir, nos preocupamos también por definiciones jurídicas que animen nuestra vida, no por codificaciones que ahoguen al Imperio Romano, sino por estilos de vida que también viven y se enriquecen al codificarse. Y viven, no se esclerotizan.
Del mismo modo que somos partidarios de aquellos que denostan a “Hipótesis del Planeta de los Simios”, afirmando que a pesar de que en diversas regiones aisladas del planeta los seres vivos evolucionaron de manera independiente, sólo en los homínidos africanos se desarrolló la inteligencia humana, que no se puede probar que ésta sea un hecho evolutivo convergente, es decir, del mismo modo que afirmamos nuestra especialísima creaturalidad, afirmamos la importancia y seriedad de este trabajo.
Ahora bien, el que nuestras Constituciones nos manden una cosa o el que nuestro ser creatural nos haga seres aptos para la Vida, no quiere decir que nosotros vayamos a escribir nuestro particular De Revolutionibus. En muchas ocasiones se afirma cuasi gratuitamente que un hombre hizo o vivió tal o cual cosa porque estuvo en el lugar y en el momento adecuado, pero yo entiendo que esa postura no deja de ser una concesión a la galería que nosotros no nos podemos permitir cometer. Y justo por eso, porque no se trata simplemente de caer por casualidad en el lugar y momento adecuado sí que se trata de buscarlo, y además mientras se busca, habrá que prepararlo, la pregunta que sigue a esto es: ¿estamos en ello?
Sólo podemos esperar que sí, y mientras tanto rezar por ello.