La vida comunitaria, primera expresión de nuestro apostolado

El testimonio que damos tiene que estar basado en la relación fraterna y en el compromiso compartido

La vida comunitaria es la primera expresión de nuestro apostolado

El trabajo de la segunda jornada del Capítulo Provincial se ha centrado en la preparación del Capítulo General y ha sido una ocasión privilegiada para ahondar en las raíces de la propia vocación: cómo profundizar y cómo comunicar la experiencia de Cristo, qué elementos favorecen u obstaculizan la vida fraterna, el reencuentro con la herencia del P. Dehon, la preocupación por la pastoral vocacional, y las líneas de acción para anunciar el Evangelio.

Cada uno es responsable de su propia vocación y debe buscar el modo de mantener viva –a través de Su Palabra- la pasión por Cristo, que es el fundamento del propio ser. La identificación con el carisma dehoniano, la experiencia del Sint Unum que lleva a sentir a los otros como hermanos que se acogen, se perdonan y se estimulan en los afanes de cada día, es uno de los modos privilegiados para comunicar la experiencia de Cristo. El primer testimonio tiene que estar basado en la autenticidad de las relaciones fraternas, en el intercambio sincero de ideas y de experiencias, que lleva a compromiso compartido.
Conscientes de que la primera forma de apostolado es la vida fraterna, los capitulares ponen el acento en los aspectos que favorecen la vida común: la cordialidad, la comunicación y el diálogo , la acogida y la aceptación del otro, la confianza y la hospitalidad, la transparencia, el saber escuchar al otro, la disponibilidad, el buen humor, la paciencia y la alegría... y un largo etcétera de palabras bonitas que están llamadas a convertirse en realidades cotidianas, que hagan visible y creíble el “mirad cómo se aman”. No pueden obviarse las actitudes que dificultan esa coinonía y que son a la vez una llamada de atención
Desde este sentimiento de hermanos se ha abordado uno de los temas más delicados del presente Capítulo Provincial, la atención esmerada a los mayores y enfermos, realidad acuciante que requiere una actitud generosa por parte de todos y un planteamiento personalizado de cada situación.